martes, 1 de septiembre de 2009

Reflexiones Sobre los Hechos de los Apóstoles: CAPITULO 7-D… ESTEBAN

Aunque es tan interesante la historia de Abraham regresamos a la historia principal que estamos examinando en esta serie de reflexiones la cual es lo que ocurre en el libro de los Hechos de los Apóstoles narrado por Lucas, uno de los cuatro Evangelistas, médico, misionero con Pablo en tantos de sus viajes. Lucas, de ascendencia gentil (es decir: no judía).

Específicamente regresamos a la historia de Esteban:

Esteban encabeza la lista de los 7 nombrados para atender el problema de discriminación que estaba afectando la justicia en la distribución de alimentos en la distribución diaria que se hacía a las viudas donde había favoritismo hacia las judías en perjuicio de las que no lo eran.

El problema parece haberse arreglado con la solución que le dieron los apóstoles: Entonces los doce convocaron a la multitud de los discípulos, y dijeron: No es justo que nosotros dejemos la palabra de Dios, para servir a las mesas. Buscad, pues, hermanos, de entre vosotros a siete varones de buen testimonio, llenos del Espíritu Santo y de sabiduría, a quienes encarguemos de este trabajo. Y nosotros persistiremos en la oración y en el ministerio de la palabra. Agradó la propuesta a toda la multitud; y eligieron a Esteban, varón lleno de fe y del Espíritu Santo, a Felipe, a Prócoro, a Nicanor, a Timón, a Parmenas, y a Nicolás prosélito de Antioquía; a los cuales presentaron ante los apóstoles, quienes, orando, les impusieron las manos. (Hch 6:2-6)

El resultado fue maravilloso:

crecía la palabra del Señor, y el número de los discípulos se multiplicaba grandemente en Jerusalén; también muchos de los sacerdotes obedecían a la fe. (Hch 6:7)

Esto era un éxito rotundo del Cristianismo en Jerusalén, donde aún los sacerdotes estaban obedeciendo a la fe.

Esta manera de resolver los problemas debía ser notada y repetida en muchas instituciones religiosas el día de hoy. Nos referimos a tomar la decisión de no abandonar lo que tiene que ver con lo espiritual (la oración y la dedicación a la Palabra) con la idea de atender lo trivial (las mesas) sino delegar, transferir, confiar, a personas llenas de fe y del Espíritu Santo esas tareas sin perder jamás los puestos de oración y Palabra ya que:

Donde no hay dirección sabia, caerá el pueblo; Mas en la multitud de consejeros hay seguridad.” Pro 11:14

Y Esteban, lleno de gracia y de poder, hacía grandes prodigios y señales entre el pueblo. (Hch 6:8)

Hch 6:9 Entonces se levantaron unos de la sinagoga llamada de los libertos, y de los de Cirene, de Alejandría, de Cilicia y de Asia, disputando con Esteban.

Los libertos eran judíos antes esclavizados por los romanos. Los de Cirene y Alejandría eran judíos de África

Y entre los de Cilicia se cree que pudo haber estado Saulo pues Tarso está en Cilicia y a Saulo lo vemos más tarde cuando apedreaban a Esteban y los testigos pusieron sus ropas a los pies de un joven que se llamaba Saulo. (Hch 7:58)

La acusación contra Esteban era: “Y pusieron testigos falsos que decían: Este hombre no cesa de hablar palabras blasfemas contra este lugar santo y contra la ley; pues le hemos oído decir que ese Jesús de Nazaret destruirá este lugar, y cambiará las costumbres que nos dio Moisés”. (Hch 6:13-14).

Y él dijo: “Varones hermanos y padres, oíd: El Dios de la gloria apareció a nuestro padre Abraham, estando en Mesopotamia, antes que morase en Harán,” (Hch 7:2)

El respeto y la identificación con sus acusadores son notorios.

Esteban se va por la historia conocida por su gente, probándoles que no sólo la conoce y honra, contrario a las acusaciones de ellos, sino que además empieza a probar con la misma historia que los que no han respetado ni a Moisés, ni al Templo ni al mismo Dios han sido los antepasados de ellos y ellos mismos. ¿Qué busca Esteban, justificarse acusándolos?, ¿probarles que sabe historia?, ¿presumir sus conocimientos?, ¿salvarse de las acusaciones con todos sus argumentos? o ¿o traerles convicción buscando su arrepentimiento y la posible salvación de ellos aún a costa de su propia vida, como en realidad sucedió? Siguiendo el ejemplo de su Salvador en la cruz, Quién por salvar a otros perdió su vida, Esteban corre el riesgo de exponer la verdad aún a costa de no sólo ser incomprendido sino apedreado literalmente a morir. Su martirio enciende la antorcha del que pronto se convertiría en uno de los misioneros más notorios de todos los tiempos: Saulo de Tarso. No por nada el nombre de Esteban significa corona, guirnalda de victoria.

Nosotros hemos utilizado el ejemplo de Abraham y su llamado en las 3 reflexiones pasadas como aislado de este contexto y con el fin de extraer algunos principios misioneros de utilidad, lo cuál es válido, pero el verdadero sentido y contexto en el que aparece Abraham mencionado por Esteban en este discurso es en el marco del cual venimos hablando en esta reflexión: una síntesis de la historia del Antiguo Testamento y la manera como los antepasados de sus acusadores habían rechazado la esencia de las verdades de que ahora acusaban a Esteban: es decir: la tierra prometida, La Ley(Moisés), las costumbres, el Templo, y a Dios mismo desembocando todo este menosprecio en la propia muerte del Hijo de Dios en esta misma ciudad, hacía unos cuantos años, Quién en Sí mismo representaba la esencia de la Tierra Prometida, La Ley, las costumbres y Quién Él mismo era y sigue siendo Dios.

Y la prueba de que nada había cambiado aún hasta ese día es que esta gente prefería seguir siendo “fiel” a la tierra, la Ley, las costumbres y el Templo de Dios en vez de ser fieles al Dios de la Tierra, de la Ley, de las costumbres y del Templo y al menos respetar a sus representantes como Esteban o los Apóstoles.

Esta fidelidad al rito, a “lo nuestro”, al símbolo, a la figura, al tipo, a la forma, a lo de afuera, en vez de atender lo esencial es gravísimo problema el día de hoy todavía y sigue causando odios, muerte, celo mal fundado, fanatismo, excusa religiosa para permanecer en el error y seguir valorando lo terrenal por encima de lo celestial.

Es interesante ver todo el argumento de Esteban. ¿Cómo toca el caso de Moisés, del Tabernáculo, del Templo, para probar a sus acusadores que lo que Dios había querido darles en todos esos casos ellos lo habían rechazado culminando con el rechazo del mismo Hijo de Dios?

¿Por qué es importante conocer esta historia y estas dinámicas espirituales que privaron a tanta gente de la verdad en aquélla época? ¿Será qué nos puede y nos está ocurriendo lo mismo en la nuestra?


Alvaro Fernandez

alvaroferna@gmail.com