domingo, 18 de octubre de 2009

REFLEXIONES SOBRE LOS HECHOS DE LOS APOSTOLES 7-G

¿VOLUNTARIOS O VOLUNTARIOSOS?

· Se fue el Embajador con todos los honores, llegó al país donde morará por algunos años y puso su propio negocio y a él se dedicó… de voluntario.

· El arquitecto se puso a construir su idea, se olvidó del plano, de la idea del inversionista, contrató a su gente con el dinero de la compañía, y ya tiene varios años construyendo, de hecho no para, es muy trabajador, y además hace que todos trabajen, y entre más avanza más lejos está de darse cuenta… ¿qué hará cuando llegue el dueño?

· El supervisor de la línea de producción es voluntario para tomar algunos de los obreros e inventar un proceso innovador que nada tiene que ver con lo que produce la fábrica sino que en tanto que el ingeniero encargado llega el utilizará el equipo de la fábrica y las instalaciones para hacer algo personal… pero muy innovador, dice.

· El empleado está en la compañía, sí, pero no quiere tener que ver ni saber siquiera de los compañeros, ni qué hacen los demás departamentos, menos de la persona del dueño ¿Cómo irá a salir lo que hace, sin contexto ni marco de referencia? Pero el siente que está bien y que nadie le diga nada, eso sí. El trabaja para un departamento y no para una compañía…según cree. Y si ponen una sucursal a él no le importa sino establecer su departamento.

¿Cómo llamaríamos a esta clase de personas? Todos son voluntarios, sí, pero de su propio plan escondido en un trabajo ajeno. Y automáticamente quedan ubicados en enemistad con quién quiera que esté en autoridad sobre ellos pues están haciendo lo que no se les mandó, es decir lo que ellos quieren hacer, sin rebelarse abiertamente para no dejar de disfrutar de los beneficios que les confiere la compañía donde trabajan.

La voluntad es el centro del proceso de decisiones. Es de lo más difícil de rendir. Nos gusta operar a partir de allí. Lo que se nos olvida es que el asiento de la voluntad se llama “ego”, y si no se cambia de casa, está destinada a trabajar para ese amo aunque pinte de blanco todas sus acciones.

La santificación es un cambio de identidad, de ubicación, de central de acción. Sí la persona no cambia de casa, es decir de vivir desde sí mismo a vivir dentro del Cuerpo de Cristo no tiene nada que pertenezca a la vida espiritual porque nos bendijo con toda bendición espiritual en los lugares celestiales en Cristo” Efe 1:3

La santidad, según la Biblia, está en ubicarnos en el hacer Su voluntad, dejando de hacer la nuestra. No en la jactancia de cuántas cosas hacemos voluntariamente para Él.

En esa voluntad somos santificados mediante la ofrenda del cuerpo de Jesucristo. Heb. 10



Voluntario

Voluntario trabajaba en la Casa de Papá

El venía cuando quería, de su propia voluntá,

Se enojaba con los hijos que decían la verdá

Y entre lo que le gustaba, recuerdo el verbo mandá.

Todos le debían favores, inclusive mi Papá

Pues como era voluntario, así le gustó cobrá.

Hacía muchísimas cosas, parecían el verbo dá,

Pero cuando examinabas, era todo para acá.

Se vestía de generoso, disfrazao de humildá

Pero si no me equivoco quería honores, gloria y má.

Y Tenía mil argumentos, y en todos solía ganá

Pues él era voluntario, incluso para opiná.

Negociaba con favores, al cielo quería llegá.

Daba lo que no servía, nunca supo el verbo amá.

Sin problemas daba cosas, pero darse, no, jamá.

Obediencia era la ciencia, que nunca quiso estudiá.

Voluntario en dar la contra desde el principio al final

Daba ofrendas de legumbres, y escondía al animá

Nunca sentenció a su carne, mató a su hermano nomá.

Y se enojó con la vida, por su voluntariedá.

Voluntario se hizo necio, voluntarioso en verdá

Se dedicó a construir torres, templos, ciudades y má

Civilizaciones, artes, independientes del plá

Hizo conquistas critianas, para poderlas ganá.

Ganar sin duda es su nombre, pues ese es su neto plan

Pero lo que no comprende es que el Señor sabe má

Y que además puso leyes que lo van a confrontá

Pues el que gana se pierde, ya que perder es ganá.

Le he visto cara de artista, de político que da,

De altruista con dos trompetas para poderlo anunciá.

Pero señores ¿qué pasa? ¿A dónde lo veo entrá?

Se está metiendo a la iglesia, y crioque se va a enlistá

En toditos los eventos, ritos, programas y má

Se nos va de misionero… de voluntario, dirá.

Creo que ya está haciendo un templo, con una torre centra

Grande, costoso y bonito pero no según el plá

Ya tiene organizaciones a su cargo y ademá

Ha convencido a miles de otros voluntarios má.

Sabe todos los sermones, las canciones, y gritá

La letra de la Palabra, la ortodoxia y quién va mal,

Lo que nunca ha investigao es que el Maestro del pla

no nos pide iniciativas, del yo nos quiere vaciá.

Llega tarde a las reuniones, que nadie le diga ná,

Pues como es un voluntario, no hay responsabilidá,

Y como no tiene dueño, hace lo que le da gá.

Así que si quiere va, y si no quiere no va.

Es voluntario, así dice….Es voluntario namá.

Que haremos con Voluntario para que sea serviciá,

Porque ya es, el caramba, siempre y cuando haya algo má

No nos queda otro camino que llevarlo a la verda,

A la cruz de Jesucristo, a quebrar lo naturá.

Pues es tan bueno a sus ojos, que el Bueno no haya lugá

Ni en su mente, ni en su vida, ni en su concepto de dá,

Hay que llevarlo a Moriah, al Calvario, y al alta,

Pa’cabar diun solo golpe co su voluntariedá.

Seguimos con la esperanza de que algún día va a pasá

Que yo, tú, nosotros y ellos, nos rindamos de verdá,

Ritos, mitos, pensamientos, planes, maneras y má,

Y así nos habite el Verbo, y se haga Su voluntá. .

(A.F.S. 11-Oct-2008)

1Co 9:16 “Pues si anuncio el evangelio, no tengo por qué gloriarme; porque me es impuesta necesidad; y ¡ay de mí si no anunciare el evangelio! “

“Así también vosotros, cuando hayáis hecho todo lo que os ha sido ordenado, decid: Siervos inútiles somos, pues lo que debíamos hacer, hicimos”. (Luc 17:10 RV60)

No es que seamos voluntarios aunque estamos aquí por nuestra voluntad, pero el que nos llamó nos comisionó, si no tienes comisión de Dios, es decir MISION DEI, entonces puedes ser voluntario todo lo que quieras y abordar el trabajo de Dios sin un compromiso real, pero si fuiste llamado y comisionado ay de ti si no anuncias el Evangelio

“Heb 10:5 Por lo cual, entrando en el mundo dice:

Sacrificio y ofrenda no quisiste;

Mas me preparaste cuerpo. Holocaustos y expiaciones por el pecado no te agradaron. Entonces dije: He aquí que vengo, oh Dios, para hacer tu voluntad,

Como en el rollo del libro está escrito de mí. Diciendo primero: Sacrificio y ofrenda y holocaustos y expiaciones por el pecado no quisiste, ni te agradaron (las cuales cosas se ofrecen según la ley), y diciendo luego: He aquí que vengo, oh Dios, para hacer tu voluntad; quita lo primero, para establecer esto último. En esa voluntad somos santificados mediante la ofrenda del cuerpo de Jesucristo hecha una vez para siempre… porque con una sola ofrenda hizo perfectos para siempre a los santificados.

… porque os es necesaria la paciencia, para que habiendo hecho la voluntad de Dios, obtengáis la promesa. Porque aún un poquito, Y el que ha de venir vendrá, y no tardará. Mas el justo vivirá por fe; Y si retrocediere, no agradará a mi alma. Pero nosotros no somos de los que retroceden para perdición, sino de los que tienen fe para preservación del alma. (Heb 10:1-39 RV60)

Al entrar al Cuerpo de Cristo somos santificados porque se quiebra lo que nos liga a la base del pecado, que es lo independiente que es nuestra voluntad: base de la jactancia y presunción a la que se refiere San Juan como “mundo” cuando dice:

“No améis al mundo, ni las cosas que están en el mundo. Si alguno ama al mundo, el amor del Padre no está en él. Porque todo lo que hay en el mundo, los deseos de la carne, os deseos de los ojos, y la vanagloria de la vida, no proviene del Padre, sino del mundo. Y el mundo pasa, y sus deseos; pero el que hace la voluntad de Dios permanece para siempre”.

(1Jn 2:15-17 RV60)

La Ofrenda del Cuerpo de Cristo es la única aceptable a Dios. Dios no quiere nuestras ofrendas que acarrean consigo algo del yo… es decir al menos la esperanza de sentir que dimos algo, que somos generosos, que Dios nos debe al darle.

Hay una tendencia desde el principio a darle a Dios lo que Dios no pide y a no darle lo que pide. A hacer lo que no manda y a no hacer lo que manda. A enfatizar lo que Él no enfatiza y a no enfatizar lo que Él si enfatiza.

No es que nosotros le estemos haciendo el favor a Dios de servirle. Fuimos comprados por precio altísimo: la sangre del Hijo de Dios. Somos esclavos, siervos de Dios. El nos compró de otro dueño. Lo que pasa es que Él es un Dueño misericordioso y bondadoso. Pero no leamos mal las cosas. No le estamos haciendo el favor a Dios de nada. El es Quién nos salvó, Quién nos permite, aunque somos esclavos, tener libertad. Pero por eso mismo su gracia nos constriñe a servirle aún con más gratitud y dedicación. Pero no somos voluntarios, fuimos reclutados por Dios. Esto es un ejército, pues hay una guerra espiritual contra millones de seres angélicos que tienen de cabeza el universo.

La voluntad es el asiento de las decisiones. Voluntarioso le llamamos a niño que insiste en hacer lo que quiere. Y al adulto solo le llamamos voluntario, pero el caso es el mismo. La persona que se relaciona con Dios desde la base de una voluntad no quebrada, es voluntariosa. Si no hemos sido quebrantados todavía abordamos el Cristianismo desde el trono del yo, y en la infancia del creyente esto es tolerado mientras aprende a someterse al Espíritu, pero qué del adulto que nunca aprende y sigue haciendo lo que quiere y sigue haciéndole el favor a Dios y relacionándose con Él sin sentir ni temor de Dios ni compromiso fuerte de que le fue perdonada la vida y que todo lo que es ahora está en Cristo y no es sí mismo?

La santificación empieza a ocurrir cuando se trasfiere el centro de mando de la voluntad propia a la de Dios. Cuando empezamos a ser conducidos dentro de un Cuerpo donde no mandamos, sino que nos llevan, estamos siendo dirigidos por la Cabeza a Quién no vemos, pero en Quién creemos y de Quién recibimos órdenes a través de las uniones y coyunturas diversas para ir edificando lo que es el verdadero templo espiritual que no está hecho por manos humanas sino por el Espíritu Santo de Dios.

Pero para que esto suceda tiene que cesar la adoración a la obra de nuestras manos y al Dios del Tiempo. También tiene que cesar la obra de nuestras manos. En lugar de todo esto necesitamos empezar a adorar a Aquél que todo lo hizo, a Quién hizo el tiempo a quién nos hemos esclavizado, y empezar a caminar, dentro de esa corporación universal espiritual llamada Cuerpo de Cristo, haciendo la obra de Sus Manos, y no andando en nuestras propias misiones o iglesias partidistas, individualistas, racistas, etnocéntricas, nacionalistas, malinchistas, denomi…. etc. y empezar a caminar a donde van sus pies y sólo cuando la Cabeza lo mande y además en colaboración con todos los que componen su Cuerpo, aunque no coincidan con nuestros conceptos mentales de lo que es la ortodoxia, si la ortopraxia de ellos declara que tienen sana doctrina, y que la sana doctrina tiene más que ver con el que hace la voluntad de Dios que con el que piensa que todos los demás deberían de pensar como él piensa que es el cristianismo verdadero.

Todo esto sirva como introducción para entender por qué a Dios no le convenció el engaño de Saúl de guardar los animales del anatema para sacrificarlos a Dios en vez de obedecer completamente el mandato que Dios le había dado a través del profeta Samuel.

Dios nunca quiso que su pueblo tuviera un rey como las demás naciones, se lo permitió por su insistencia en ser como todas las demás y no estar conformes con jueces sabios que los gobernaran sin tiranía y con sabiduría de Dios.

Nunca fue la voluntad de Dios que el matrimonio se disolviera con el divorcio pero por la dureza de sus corazones, Moisés los tuvo que autorizar, aunque con ello se destruyeran sus propios hijos, vidas y sociedad, pues la base de la sociedad se cambio de lealtad a infidelidad…¿cómo pues, iba a sostenerse?

Balaam insiste en forzar a Dios a maldecir a quién Él desea bendecir y por supuesto esto no pasa, sin embargo al profeta le es concedido hacer el intento y tratando de maldecir se maldijo a sí mismo y quedó caído con los ojos abiertos.

Este es el mismo caso que tenemos aquí en la construcción de un templo que Dios nunca ordenó, David consiguió el permiso para que su hijo Salomón lo construyera, mientras el templo que Dios quería construir en la vida de sus hijos se perdió, la descendencia de Salomón perdió parte de las tribus de Israel, Salomón mismo, con toda su sabiduría acabó adorando ídolos ya que desde un principio pensó que la obra de sus manos era más importante que la obra de las manos de Dios.

De la misma manera que es más fácil darle a un empleado una despensa en navidad que pagarle el justo salario todo el año, también a Dios preferimos darle limosnas y ofrendas “voluntarias” de una ocasión, que obedecerlo, es decir hacer obras para Dios que dejar que nos doblegue la erguida cerviz y nos ponga su yugo, que es ligero, y preferimos llevar la pesada carga de la presunción que la sencilla de la obediencia. Entonces nos es mucho más fácil ir al templo, o inclusive construir templos que entrar en el templo de su Cuerpo y obedecer de andar por donde Él nos quiere llevar: por el camino hacia el despojo de nuestros bienes, no solo físicos, de la renuncia de nuestra opiniones y planes, del cese de la labor que nos hace sentirnos alguien para conducirnos al vacío, a la bienaventuranza de la pobreza espiritual, estado indispensable para que baje el reino de los Cielos a la tierra, verdadero santuario celestial donde toda la adoración es para Él, donde también el honor y la gloria y el reconocimiento son para Él Quién es la Cabeza del Cuerpo Universal de creyentes de todas las razas, niveles sociales, etnias, etc.

¿Cuándo llegará el día en que pongamos todos nuestros templos al servicio de Dios, en que todos nuestros centros de Capacitación ya no enseñen como engrandecer nuestro nombre , nuestras agencias misioneras ya no deseen presumir cuántos obreros tienen en el campo, sino que con amor sincero se interesen igual por misioneros necesitados de otras agencias más sencillas y les brinden la mano amiga que necesitan ya que en realidad son parte de su misma compañía, presuponiendo que estamos todos en el Cuerpo de Cristo.

Voluntario y misionero son opuestos. El voluntario todavía tiene el derecho de ofrecer sus servicios. El misionero tiene una Misión de la que no se puede escapar, aunque trate, como Jonás, tiene una asignación de parte de Dios, una comisión, un llamado, una Misión, La Misión que debiera ser el propósito de vida de todo Cristiano, pues es por allí por donde va caminando el Cuerpo de Cristo, La misión… y no sólo geográfica o étnica sino la Misión de bajar el Reino de los Cielos a todo la Tierra en oración, vida, renuncia, dedicación, servicio, ejemplo y si fuere necesario, como decía aquél antiguo creyente, aún hasta con palabras.


Alvaro Fernández Sánchez

www.misiones.me

alvaro_mm@hotmail.com